28 de noviembre de 2009

Al Carajo con el Molde

Unos de mis dichos favoritos son: “Ellos se ríen porque soy rara y diferente…yo me rio porque son comunes e iguales.”

Cuando era pequeña, me acuerdo que hacia todo lo posible para quedar en el molde de la chica normal, la buena amiga y la confidente fiel. Hacia todo lo que hacían las otras chicas y las imitaba paso a paso. Me acuerdo que me obligaba a estar entre los populares. Una mierda total. Ellas no sabían nada de mí, y de hecho, yo no sabía ni un carajo sobre ellas. Pero aún así, sonreíamos, nos agarrábamos entre brazos y gritábamos “¡Somos amigas!”. Estúpido, pero cierto. Es como casi imposible de olvidar: las traiciones, la supuesta amistad, la hipocresía. Cosas que tú ni te imaginas que pasarían en escuelas primarias.

Debido a mi tonto trauma de primaria; me quede encerrada en mí más de lo normal. Estaba acostumbrada al hecho de que la gente se acercara a mí sin preguntar cómo estaba, pero para contarme sus problemas. Habían personas tan hipócritas, tan egoísta---no que yo sea una santa, sé que no lo soy. Termine de la forma más patética posible cuando entre a la secundaria. Sonriendo. Mis padres habían vuelto mi vida familiar en una cosa sin sentido; le habían quitado la definición a la palabra familia y le dieron un giro de 180º. Mi hermano estuvo ahí durante toda mi vida de una forma traslucida y ausente. Mis supuestos mejores amigos estaban creando una conspiración a nivel escolar contra mí---aún llamándose mis amigos. Y ¿yo qué hacía? Sonería. Nadie preguntaba, por eso pensé “a nadie le interesa”. Me volví tan encerrada en mí que me era difícil no sonreír. ¿Patético? Pase por muchas otras cosas aún más estúpidas y degradantes, hasta que por fin tome la decisión correcta.

¿Decisión correcta? Ser yo. Totalmente yo. En otras palabras, esta chica súper rara, ultra trastornada y mega emocional. Me reía por cosas que a otras chicas le daban asco, pero que a los chicos le causaban gracia. Me emocionaba por cada pendejada y me enojaba por cada mariconada. Comencé a expresar lo que sentía, no a las masas, pero para poder sentirme bien. Comencé a sonreír, de verdad. La gente me miraba raro, hacían comentarios de mí y todo lo que sea posible. ¿Y qué más da? Nunca en mi vida me sentí más cómoda.

Me di cuenta, posiblemente muy tarde, que no se trata sobre encajar en ese molde que te da la sociedad. Eso es mierda. Tienes todo el derecho de crear cualquier molde que se te dé la gana. Y todo el potencial también. Solo hay una regla. Sé original, sé tú. Al carajo con los moldes pre-creados para nosotros. Y aún cuando vayas a estar adentro ya de una categoría-- girly, tomboy, emo, metro, skater, rocker, punk—lo que sea, hazlo con estilo. Con tu propio estilo.

Un último pensamiento: “No des explicaciones sobre como vives; tus enemigos no te creerán y tus amigos no lo necesitan.” Siempre encontraras a alguien tan rara, trastornada y compatible contigo aún siendo diferentes. (Toma a V en cuenta, el es raro….MUY RARO.)

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